Cap. 6
Por la tarde no volví a la Boutique, seguía
pensando en la mirada de Gabriella y la verdad, no tenía claro si ella quería
una explicación o simplemente no me apetecía a mí contárselo.
De todas formas, ¿qué éramos?, después de lo ocurrido
en el Gimnasio, algo había, sí, ¿pero qué?, en realidad, mi mente sólo
divagaba.
Eran ya las 10 de la noche cuando mi amiga
Gemma, me llamó por teléfono.
G.- Alexandra, cariño, ¿estás bien?.
A.- ¿Qué sabes?.
G.- Gabriella ha estado en mi casa y hemos
tenido una conversación, digamos interesante.
A.- Cuéntame por favor, sabes que me muero por
saberlo ...
G.- Gabriella está interesada en ti,
pero....
A.- Lo sé, sé que vas a decirme, ¿lo sabe,
verdad?...
G.- Sí, lo sabe...
A.- Esa Yohana, mierda....
G.- No, no le eches sólo la culpa a esa tal
Yohana..., Gabriella ha echo algunas llamadas y alguien se ha ido de
la lengua.
La ira iba subiendo por todo mi cuerpo.
Sabía quién se lo había contado, Alfonso... y
yo creía que era mi amigo.
Vi su mirada clavada en Gabriella el día de la
Disco.
A.- Bueno, ¿tienes alguna buena noticia para mí?.
G.- La buena noticia, es que está coladita por
ti, como ya te dije cosa inusual en ella.
La mala noticia es que mañana no va a trabajar,
no he podido convencerla de lo contrario, vuelve a Londres unos días, según
dice, necesita pensar...
Una lágrima comenzó a rodar por mi mejilla.
A.- ¿Pero?, es una falta de consideración, el
trabajo....no me ha avisado.
G.- Alexandra, tranquila cariño, esta noche
mismo te va a llamar, no seas dura con ella, déjala unos días, es muy buena
chica, después podréis hablar, déjalo que lo asimile.......
A.-¿Asimilar? Que la chica que te guste sea una
P....
G.- Ni se te ocurra decirlo.....¿de
acuerdo?, recuerda que eres mi amiga y te quiero tal y como eres.
A.- Gracias Gemma, buenas noches.
Colgué el teléfono, mis lágrimas no dejaban de
brotar de mis ojos.
A los 5 minutos sonaba de nuevo el teléfono,
era Gabriella.
G.- Alexandra, disculpa que te llame a estas
horas.
A.- Dime, ¿algún problema?.
G.- Si, tengo que ausentarme unos días de la
ciudad, ha sido de repente, siento no poder haberte avisado con más tiempo.
A.- No te preocupes, tomate los días que
necesites.
G.- Gracias, bueno, ya
hablamos....buenas noches.
A.- Buenas noches, Gabriella.
Colgué y me fui directa a la cama, necesitaba
abrazarme a mi almohada.
Habían pasado 7 días y seguía sin tener
noticias de Gabriella, era desesperante, pensaba que quizá no la volvería a ver
jamás.
Tampoco Gemma sabía nada de ella o al menos no
quería decirme nada.
9 días sin ella.
Estaba absorta en mis pensamientos, cuando sonó
mi móvil, una llamada de “trabajo”.
La acepté, me arreglé y me fui al Hotel.
Me abrió la puerta una chica pequeñita y con
ojos rasgados, me recordó a Gabriella.
Respiré hondo y me dije a mi misma que era
trabajo, e intenté no pensar en nada.
Hola -me dijo- puedes llamarme Gabi.
Me quedé blanca, ¿el mundo entero estaba contra
mí?, ¿porque todo me recordaba a ella?.
G.- ¿Algún problema?, ¿te sientes mal?...
A.- No cielo, estoy perfectamente...me
invitas a una copa.
G.- Claro.....lo que tú quieras.
Gabi tenía un cuerpo precioso, por su
indumentaria dejaba poco a la imaginación.
Pechos firmes y curvas de infarto.
Se me acercó y empezó a lamer el lóbulo de mi
oreja, pegándose a mí.
G.- Creo que te sobra ropa.....déjame a mí.
Gabi comenzó a desnudarme, besando mi piel y
dejándome sólo en ropa interior.
Sus labios eran dulces, carnosos.....cerré
los ojos y empecé a hacer mi trabajo.
Estábamos en la cama, ya completamente
desnudas, Gabi encima de mí, besando mi boca y yo apretándola más y más a mí.
De repente se me escapó.
A.- Gabriella.....mmmm....sigue...
La chica inmediatamente se puso a mi lado.
G.- Perdona, pero no soy Gabriella.....y
si te pago es para que estés conmigo y me des placer a mí, no para que pienses
en otra chica.
A.- Disculpa...
Me levanté rápidamente de la cama y comencé a
coger mi ropa.
A.- Lo siento, tienes toda la
razón...no puedo seguir...
Estaba medio vestida, cuando Gabi me agarró del
brazo.
G.- Venga chica...espera.
Gabi respiró...queriendo rebajar el
calentón que había dejado en su cuerpo.
G.- Ya está...no te
vayas...cuéntame....¿quién es Gabriella?
Yo misma me sorprendí de mi
misma...empecé a hablar con una cliente de mi vida personal.
Después de un buen rato de charla, Gabi me
dijo....
G.- Lucha por ella...no te quedes con la
duda....¿qué hubiera pasado si?...yo de ti no me lo pensaría más y cogería el
primer vuelo a Londres, me presentaría sin más y hablaría con ella.
Le di un beso en la mejilla.
A.- Gracias...
Salí a toda prisa de aquella habitación, estaba
dispuesta a saber dónde estaba Gabriella y Gemma, quisiera o no, me lo iba a
contar.
Aunque era muy tarde, no me importó la hora.
Vanessa me abrió la puerta.
V.- ¡¡Alexandra!!, ¿pero no sabes la hora que
es?.
A.- ¿Te molesto?....
Al ver mi cara calló.
Gemma al escuchar las voces, salió de la
habitación poniéndose una bata.
G.- Alexandra, ¿qué te ocurre?
A.- No pienso irme de aquí hasta que no me des la
dirección de Gabriella en Londres.
Gemma empezó a reírse.
A.- ¿De qué te ríes?, ¿tanta gracia que hago?
G.- No cariño, perdona, esto es lo que yo
quería ver.....por fin...estas enamorada ....ya te has dado cuenta.
Gemma empezó a escribir algo en un papel.
G.- Aquí tienes la dirección de Gabriella, es
la casa de una amiga.
Dándome un abrazo me deseó buena suerte.
Sin pasar ni siquiera por casa, cogí un taxi y
me dirigí al Aeropuerto.
No había vuelos, el próximo tardaba 4 horas en
salir.
Fueron 4 horas larguísimas.....no paraba
de pasear por el pasillo, de ir a la cafetería, de pensar....sobre todo
pensar.......¿y si me decía que no?....¿qué le diría nada más verla?.
Una voz en los altavoces me sacó de mis
pensamientos.
Era mi vuelo, ya tenía que
embarcar....por fin.
Ya en el Aeropuerto de Londres, me perdí un
poco, me hablaban en inglés, idioma que sólo chapurreaba.
Estaba lloviendo, esperé un taxi y le di la
dirección.
En veinte minutos había llegado, la tenía a
sólo unos pasos de distancia, mis piernas empezaron a flaquear.
Le pagué al taxista y salí rápidamente. Para
colmo, me torcí un pie y caí al suelo.
Dios....estaba empapada, el tobillo empezó a
dolerme, no pasaba nadie por la calle.
Me levanté como pude, me acerqué al portal y
antes de poder tocar al portero automático, un señor salía del portal, entré
toda temblorosa, no sabía si era por frío o nervios.
Estaba frente a la puerta de la casa, me miré
de arriba a abajo, estaba fatal,
Respiré hondo y toqué el timbre.
Salió una chica hablándome en inglés. Yo solo
pude articular : "Gabriella".
Bonito giro de la historia. Dejas de nuevo la historia en un punto en el que el lector pide mas. La curiosidad por lo que va s pasar von Alexandra no para de crecer.
ResponderEliminarBueno asi es el amor cuando llega algo tan fantastico que por el cambias completamente... muy buen giro, de la historia.. y bueno me dejas siempre queriendo mas..... ahora a esperar ansiosa que dira gabriela...mmm
ResponderEliminarDiana.♥