Cap. 4
Me dijo que se llamaba Celia y que lo único que
pedía es que dejara mirar a su compañera.
Sólo mirar, no participaría.
Bueno, ¿porqué no?, ahh eso sí, pedí un plus, a
lo que no se negó.
Me preparé para la cita.
Una chica de unos 35 años me abrió la puerta,
estaba en picardías, dejaba poco a la imaginación.
Pasa-me dijo-, me llamo Delia.
A.- ¿Delia?, creía que me dijiste Celia.
D.- Disculpa, Celia es mi compañera, está en el
baño, sale enseguida.
A.- Ok, ¿pero?, mi cita es con Celia...
D.- Si, si claro, disculpa mi indumentaria,
quería estar cómoda...lo prometido es sólo mirar, ¿Ok?.
A.- Perfecto.
En ese momento entraba en la habitación una
chica mulata de curvas generosas, llevaba puesto un albornoz.
Soy Celia-se presentó- tendiéndome la mano.
Delia se echó a un lado y se sentó en un sillón
frente a la cama, quería tener buena visión.
C.- ¿Quieres una copa?
A.- Si, un vodka por favor.
Celia echó una mirada picarona a su compañera y
a la vez a mí.
C.- Bueno cariño, actúa como si estuviésemos
solas, Delia no interferirá para nada.
A.- ¿Y qué llevas bajo ese albornoz?
C.- Ummm ¿y porqué no lo descubres tú?
Dejé mi copa en la mesa, me acerqué a ella y la
agarré por la cintura.
Sus ojos irradiaban deseo, y comencé a besarla
lentamente.
Tenía unos labios carnosos, apetecibles de
besar.
Hundí mis dedos en su pelo ondulado y seguí
besándola más profundamente.
Celia se apartó un poco de mí.
C.- Llevas mucha ropa....quiero que te la
quites para mí...despacio...suavemente.
Celia se sentó en el borde de la cama y yo fiel
a sus órdenes, comencé a desvestirme.
Con movimientos sensuales iba quitándome cada
prenda, mientras no dejaba de mirarla a los ojos.
Una vez en ropa interior, me dijo que parara.
C.- Dejame algo para la imaginación, además
esas prendas me gusta quitarlas con la boca.
Me cogió de la cintura y me echó en la cama,
poniéndose a horcajadas encima de mi.
Ese albornoz me molestaba, así que le quité el
nudo y lo abrí.
Diosss que cuerpo, terminé de quitárselo y lo
tiré a un lado del suelo.
Mientras Delia no se perdí detalle, sus ojos
reflejaban que estaba muy excitada.
Comencé a besarle los pechos, a meterme en mi
boca sus pezones erectos, a mover sus caderas encima de mí.
C.- No estamos en iguales circunstancias, te
sobra algo...
Celia bajó a mis pechos lamiendo mi piel y me
quitó el sujetador.
Siguió lamiendo por mi vientre hasta llegar a
mis braguitas, que como dijo me quitó con la boca.
Abrió mis piernas y comenzó a lamerme, de
arriba a abajo.
Comencé a gemir.
Celia paró, se tumbó en la cama y me pidió un
69, pero yo encima.
Las dos saboreábamos, lamíamos....
Desde mi posición veía a Delia tocándose, se
había quitado el tanga y mientras con una mano tocaba sus pechos, con la otra
se masturbaba.
Fue algo espontáneo....Celia gemía cada
vez más.
C.- Voy a correrme, lo
noto....sigue....sigue...
Delia a su vez comenzó a arquearse y a
gritar.... me corro, me corro.....
Ahhhhhhhhhh y las dos tuvieron el orgasmos a la
vez.
Curioso-pensé yo-
Celia y yo seguimos, uno no era suficiente.
C.- Alexandra, quiero que pegues tu sexo al
mio...
Yo accedía a sus pedidos, cogiéndome de esas
generosas caderas y haciéndola vibrar de placer.
Me recorrí todo su cuerpo entre besos,
caricias.
Ella tampoco dejó un trozo de piel mía sin
tocar.
La penetré, la hice mía, hasta que rendidas
acabamos abrazadas la una a la otra.
Mientras me vestía, Celia miró a Delia y le pidió
que se acostase junto a ella que la necesitaba, quería mimitos.
Las dos se quedaron abrazadas mirándose con
amor y dulzura.
Bueno, mi trabajo había acabado.
Días más tarde alguien que no esperaba apareció
por mi Boutique.
Estaba viendo unos vestidos que acababan de
llegar, cuando escuché unos pasos que venían hacia a mi.
Hola Alexandra-me susurró al oído-
Reconocí su voz al instante, era Yohana.
A.- Hola Yohana
Y.- Ya veo que tu tampoco has olvidado mi
nombre.
A.- Tengo buena memoria.
Y.- ¿Y que tal te va?, ¿estas mirando algún
modelito?
A.- La tienda es mía.
Y.- Ahhh, no sabía...tienes muy buen
gusto.
A.- Gracias.
Gabriella desde el mostrador, no paraba de
mirar, de observarnos.
No quería que sospechara nada e hice entrar a
Yohana a mi despacho.
La puerta quedó entreabierta, Yohana me agarró
de las manos, me puso contra la pared y comenzó a besarme.
Diosss lo hacía también que no tuve fuerzas
para apartarla de mi.
Entreabrí los ojos y noté unos ojos clavados en
mí. era Gabriella, que al darse cuenta, se volvió rápido y se fue.
Aparté a Yohana de mi y le dije, que si quería
que le enseñara algún modelito de la tienda, que no podía ofrecerle nada más.
Y.- Cariño, ¿porque no lo repetimos?
A.- No puedo, son mis normas ,sólo una vez.
Y.- De acuerdo, mira...
Empezó a escribir algo en un papel.
Y.- El sábado hay una fiesta especial,
conocerías a mucha gente y por supuesto estaré yo...aquí tienes la
dirección, espero verte allí.
Se giró y cuando salí del despacho se había marchado
de la tienda.
Gabriella evitaba mirarme a los ojos.
Sábado por la noche y estoy en un dilema.
Por un lado la fiesta...interesante.
Pero por otro lado, me apetece irme con mis
amigos.
Vestirme con vaqueros, irme a un pub de
ambiente, bailar y olvidarme de todo un poco.
Encima de la cama la ropa, vestido y tacones ó
pantalones vaqueros y top.
Me quedé pensativa...
Muy buena continuación, manteniendo el ritmo y siempre dejando al lector con la miel en los labios.
ResponderEliminar¿Que decidirá Alexandra?
Bueno la historia sigue muy interesante....este relato tiene sus matices.... de lo erotico a lo sensual.. ya veremos que decide donde ir....
ResponderEliminarDiana